
Los recientes despidos en el sector salud, que incluyen instituciones como el hospital Bonaparte, Hospital Posadas y el Hospital Sommer pertenecientes a nuestra filial APROSAN, y el cierre de 15 programas y dependencias, entre los que se destacan la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE), así como las coordinaciones dedicadas a Tuberculosis, Lepra y Hepatitis Virales, representan una seria amenaza para toda la población. La derogación de estos organismos sanitarios mediante el decreto 1138/24 ha suscitado una creciente preocupación entre los actores del sistema de salud.
Estos cierres y despidos ponen en riesgo la salud de los habitantes, especialmente de aquellos pertenecientes a los sectores más vulnerables, como son los pacientes con problemas de salud mental y de consumo problemático de sustancias, enfermedades crónicas, las personas con discapacidades y los grupos sociales más desfavorecidos.
El contexto en el que se han llevado a cabo estos despidos y cierres es complejo y heterogéneo. Durante años, la DADSE ha sido un pilar fundamental en la atención a situaciones especiales que requerían un enfoque sanitario inmediato y diferencial, y la eliminación de esta dirección implica una pérdida significativa en la capacidad del sistema para enfrentar emergencias sanitarias, como brotes epidémicos o situaciones de crisis relacionadas con la salud pública. Su cierre, y el de otros programas y dependencias sanitarias, dejará a miles de personas sin el acceso a servicios esenciales de salud; además, los despidos de personal sanitario experimentado y calificado, afectarán la calidad de la atención médica y la capacidad del sistema de salud para responder a las necesidades de la población.
Las coordinaciones de Tuberculosis y Lepra y de Hepatitis Virales, por su parte, han sido esenciales en la lucha contra estas enfermedades que, históricamente controladas, han vuelto a representar un riesgo para la salud de sectores vulnerables de la población, con aumentos en el número de contagios. El cierre de estas dependencias no solo limita la capacidad de respuesta ante casos nuevos, sino que también desmantela las redes de apoyo y seguimiento que garantizan un tratamiento adecuado y la reducción de la transmisión de estos microorganismos.
La interrupción de programas de estas características puede llevar al resurgimiento de enfermedades que, durante años, se habían logrado controlar, y generar una carga adicional sobre un sistema que ya enfrenta serias limitaciones.
Desde la FEMECA, observamos con una gran preocupación este desfinanciamiento sistemático del sector salud. Vaciar instituciones y programas no es simplemente un acto administrativo: significa cerrar las puertas a una atención médica indispensable, dejando desprotegida fundamentalmente a la población más vulnerable. Esta reducción de recursos humanos y económicos dedicados a la salud puede derivar en un incremento de los índices de morbilidad y mortalidad, afectando muy especialmente a los grupos con menores posibilidades de acceso a los servicios médicos. La salud es un derecho humano fundamental y el Estado tiene el deber y la responsabilidad de garantizarlo. Sin embargo, las medidas actuales parecen ir en sentido contrario.
La salud pública requiere un enfoque integrador y sostenido que permita no solo afrontar las enfermedades existentes, sino también prepararse para nuevas amenazas. La pandemia de COVID-19 nos enseñó que los sistemas de salud deben ser robustos y resilientes. Por lo tanto, el hecho de desmantelar programas y recursos dedicados a la atención de la salud pública es un retroceso en los logros alcanzados en años anteriores.
Llamamos a todos los involucrados (desde autoridades gubernamentales hasta la sociedad) para que reconsideren las decisiones que afectan a un sector tan vital como es la salud. No podemos permitir que el desfinanciamiento y el desmantelamiento de programas clave sigan siendo la tónica en la gestión de nuestro sistema de salud. Es hora de priorizar la salud de la población y garantizar que todos tengamos acceso a una atención digna y de calidad.
La FEMECA se compromete a seguir defendiendo los derechos de los trabajadores de la salud y a exigir medidas que garanticen un sistema de salud robusto, equitativo y accesible para todos. La salud no debe ser objeto de recortes, sino una prioridad ineludible para cualquier gobierno que aspire a mejorar la calidad de vida de la población. Vaciar es cerrar, y no podemos permitir que se cierren las puertas de la atención sanitaria en nuestra sociedad.
Además, el impacto de estos cierres va más allá de la atención directa a enfermedades específicas. Se está comprometiendo también la formación de profesionales de la salud, la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que son cruciales para mejorar las prácticas de atención. Las dependencias que han sido cerradas eran también centros de capacitación y actualización para los trabajadores de la salud, quienes son el primer recurso en la lucha contra cualquier enfermedad.
La responsabilidad del Estado no termina con la promulgación de un decreto que afecte al sector salud. Exige un análisis cuidadoso de las consecuencias que estas decisiones pueden acarrear sobre la salud pública en general. Es imperativo que se reactive el financiamiento y se reviertan estas medidas que ponen en riesgo la vida yla salud mentalde miles de personas. Una gestión se mide en gran parte por cómo se protege a sus ciudadanos, muy especialmente en momentos de crisis. La FEMECA se pone a disposición de las autoridades sanitarias nacionales, y de la comunidad en su conjunto, para colaborar en la elaboración de propuestas de solución a toda la problemática sanitaria expuesta.
Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires (AMM), Asociación de Profesionales de Servicios de Salud de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (APROSSFA), Asociación de Alergia e Inmunología de Buenos Aires (AAIBA), Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires (AAARBA), Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP), Asociación de Médicos Prestadores de Servicios de Obras Sociales y Afines (AMPOSA), Asociación de Profesionales del Área Técnica Sanitaria de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Asociación de Profesionales del Arte de Curar de la Obra Social Bancaria Argentina (ASPAC-OSBA), Asociación de Profesionales del Arte de Curar del Hospital Infanto Juvenil Dra. Carolina Tobar García, Asociación de Profesionales del Arte de Curar del Sanatorio Mitre (APROSAMI), Asociación de Profesionales del Arte de Curar del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación (APROSAN), Asociación de Profesionales del Arte de Curar del Instituto de Obra Social del Ejército (APAC-IOSE), Asociación de Profesionales del Hospital Borda, Asociación de Profesionales del Hospital Braulio Moyano, Asociación Civil de Odontólogos del Sistema de Salud de la CABA, Asociación Sindical de Profesionales del Deporte y Rehabilitación (ASIPRODER), Asociación de Profesionales Universitarios del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari (APPIM), Asociación Gremial de Auditoría Médica, Asociación Gremial de Peritos Médicos, Asociación Gremial de Psiquiatras (AGP), Asociación Médica del Hospital de Clínicas Gral. José de San Martín, Asociación Médica del Hospital Oftalmológico Santa Lucía, Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de Obras Sociales Públicas (ASIPROS).